soledades livianas (dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer) tus vidas sobreviven de continuo sé de atentados que un día crecen en las rimas ¡ah, las paredes tímidas de los espejos, el crepúsculo de la colina! el pie no encuentra los ríos abiertos aquí, hay playas que anhelan lo oxidado de lo hermoso aunque, las aguas desean venir tu frío como sus arenas como las mareas dolorosas, tal será aquel gris ¿qué volará el niño de las inocencias? sabed que los futuros cariñosos recuerdan el relámpago dulce ¡oh!, vuestro tacto siente los hijos ardientes era el vino... recuerdo que la literatura no reposa sobre unas ausencias también, hay estatuas que olvidan lo cegador de lo pálido y ahí, el hueso baja esas bodegas deshechas mas, ¿José Espronceda a veces corre hacia las almas? ¡entonces, los rezos! ¡el amor y las cascadas! o, las auroras añoran olvidar un pino llegando hacia los vinos, requerimos estas palomas hay alimentos que llegan harapos y rodillas que entregan éxodos que nunca caen en las citas cuentan que el símbolo comprende serpientes. Poema generado por el programa A.P.O.L.O. (Aleatorizaciones PseudoLíricas por Ordenador), creado en 1982 para el ordenador IBM-PC (con la colaboración de Ángela Reyes), con ocasión de la inauguración del Centro de Arte "Reina Sofía" de Madrid, e incluido en el libro El ordenador y la literatura (Siglo Cultural, Madrid, 1986, 88 p.)
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